Ir al contenido principal

El retorno


Texto completo aquí: 👉 https://elcomejen.com/2020/04/24/encierro-wayuu-en-tiempos-de-cuarentena/ 👈









Son Wayuu retornados.
Fotografía publicada con autorización de ellos, que ya derivan su propio sustento y el de las mujeres de su casa, madres, hermanas y sobrinas, algo así como que el factor determinante de la mayoría de edad en los "niños" Wayuu es eso, el mantener a su familia. Como iniciaba este texto: "Son Wayuu retornados" vienen de la periferia de Maracaibo, venden panes los fines de semana a $2.500 pesos, pero si puedes o si te nace pagarles el domicilio podrías agregar $500 pesos más. ¿Que si deberían estar confinados, aislados, en 40tena como el resto de nosotros? fácil, no te acerques mucho y comprales el pan.
Que si tienen todos los derechos vulnerados, claro que si, pero aun no lo saben, si lo llegan a saber en lo que ellos pudieran entender lo que es eso, montan un peaje y le vulneran los derechos a ustedes y después le toca actuar al ESMAD. Que su madre pare mucho, los tiene pequeños y aun pariendo, claro que sí, pero ella pare y pare porque no sabe como parar, ellas también lidian con maridos como los que se cuentan en las comunas y no son Wayuu, andan en chancletas y un canario enjaulado silbándole para que le canten. 


Comentarios

Unknown ha dicho que…
Estercilia, gusto en saludarla, estoy interesada en ver el documental "Nacidos el 31 de diciembre" lo estuve buscando en Youtube y sólo encontré referencias pero no el documental como tal. Dónde lo podría ver?

Quiero felicitarla por su compromiso y lucha incansable con la etnia Wayuu, en realidad son pocos los dolientes. Saludos e innumerables bendiciones!

Entradas populares de este blog

"Manifiesta no saber firmar" Nacido: 31 de diciembre

¿POR QUÉ "MANIFIESTA NO SABER FIRMAR"? Desde pequeña siempre me llamó la atención el que la mayoría de los miembros de mi familia materna manifestaran en sus documentos de identidad “no saber firmar” y que además, todos hayan nacido un 31 de diciembre, por lo que un tiempo creí que todos los Pushainas nacían en esa fecha, les prometí a todos que cuando yo creciera haría una fiesta de cumpleaños a todos los Pushainas que habían en la península de La Guajira, porque todos habían nacido un 31 de diciembre. Pero celebrar el cumpleaños a un grupo considerable de Pushainas, (teniendo en cuenta que es uno de los clanes más numerosos de la península) sería relativamente realizable, mas enseñarlos a firmar, eso sí que sería difícil, por lo que empecé con mi abuelo Valencia Pushaina (Colenshi) de la región de Paradero (Media Guajira). Tenía mi abuelo 70 años de edad, aproximadamente y yo, 7 años, cuando armados de papel y lápiz le di sus primeras lecciones. Mis pequeñas manos trataban

Estercilia Simanca Pushaina, Teeya, una wayuu urbana

Con mi mascota Sawachi. Estercilia Simanca Pushaina Teeya, Una Wayuu Urbana La autora nos cuenta cómo se originó el relato sobre las tradiciones de su pueblo incluido en la Lista de Honor de IBBY 2006. Iwa, la protagonista de tu relato,recuerda durante su encierro la leyenda de la araña Waleket, “de donde dicen los viejos que los wayuu aprendimos a tejer”. Háblanos de la tradición oral de tu comunidad,¿quiénes transmiten las historias ancestrales a las nuevas generaciones?,¿en qué momento y espacio? Para responderte debo remitirme a mi niñez, fui y sigo siendo una wayuu con privilegios. De niña escuchaba los jayechis (cantos) de mi abuelo y sus increíbles historias, que de veras eran increíbles. En la ranchería El Paraíso había dos enramadas, la de mi tío Ramón y la de mi tía Rosa, en ambas hijos y nietos escuchábamos a mi abuelo. Fue una época muy bonita, fue una infancia muy feliz, con espinas que hincaban mis pies, pero muy, muy feliz. Él ya no está pero aún vive mi

MANIFIESTA NO SABER FIRMAR NACIDO: 31 DE DICIEMBRE

Aquel mes de octubre, fue como los octubres anteriores que llegaron ellos a nuestra ranchería, llegaron con la mañanita y con las últimas lluvias. Mis primas y yo buscábamos y recogíamos leña para quemarla y hacer con ellas el carbón que después iríamos a vender. Los sentimos llegar en caravanas de carros. Así como cuando nosotros vamos a comprar maíz al mercado de Uribia o cuando vamos a cobrar una ofensa. La diferencia es que ellos llegaron en unos carros que parecían de cristal, todos nuevos y lujosos, a los que les llaman burbujas y nosotros vamos en el camión viejo de mí tío, en la parte de atrás, de pie y apiñados como las vacas, moviéndonos de un lado para el otro, porque el camino está dañado y el puente que hicieron el año pasado sólo sirvió por dos meses. Ahora nos toca bajarnos para que el camión pueda pasar sin peso el arroyo y así evitar que se quede atollado, pero cuando llega el invierno el camión se queda en el Paraíso, nuestra ranchería, porque el arroyo crece y se lo