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El retorno

Texto completo aquí: 👉 https://elcomejen.com/2020/04/24/encierro-wayuu-en-tiempos-de-cuarentena/ 👈 Son Wayuu retornados. Fotografía publicada con autorización de ellos, que ya derivan su propio sustento y el de las mujeres de su casa, madres, hermanas y sobrinas, algo así como que el factor determinante de la mayoría de edad en los "niños" Wayuu es eso, el mantener a su familia. Como iniciaba este texto: "Son Wayuu retornados" vienen de la periferia de Maracaibo, venden panes los fines de semana a $2.500 pesos, pero si puedes o si te nace pagarles el domicilio podrías agregar $500 pesos más. ¿Que si deberían estar confinados, aislados, en 40tena como el resto de nosotros? fácil, no te acerques mucho y comprales el pan. Que si tienen todos los derechos vulnerados, claro que si, pero aun no lo saben, si lo llegan a saber en lo que ellos pudieran entender lo que es eso, montan un peaje y le vulneran
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Diez jóvenes transformadoras del Caribe

Por: La silla Vacia Abogada, empresaria y escritora wayuu, se dio a conocer por su cuento 'Manifiesta no saber firmar', que cuenta la historia de las campañas de cedulación masiva del pueblo wayuu en época de elecciones. El cuento, que fue adaptado al cine y ganó en 2012 el premio principal de la bienal de arte indígena contemporáneo en México, fue el punto de partida de la gran denuncia que ha liderado contra funcionarios de la Registraduría que expedían documentos de identidad para los wayuu con nombres inventados y como si todos hubieran nacido el 31 de diciembre. Esa denuncia puso en evidencia la incapacidad del Estado para reconocer y atender las particularidades culturales y lingüísticas de sus propios ciudadanos y logró que la Registraduría, en 2014, decidiera comenzar a registrar a los indígenas con el nombre manifestado por mismos sus padres, y con mención explícita del pueblo, el clan y el territorio al que pertenecen. En este momento, está llevando una

EILA: Una invitación a tejer puentes de interculturalidad

Por: Angie Lucía Puentes Parra EILA: Encuentro Intercultural de Literaturas Amerindias Más allá de lo que he hecho y compartido con mis estudiantes frente a los libros de esta autora en  mis prácticas pedagógicas como docente de literatura en colegios en Colombia, quisiera decir que la literatura de la autora wayuu  Estercilia Simanca  me ha permitido encontrar un nuevo rumbo en la manera de concebir a la mujer colombiana, indígena y re pensar mis lógicas de mujer de ciudad. Por ejemplo,  con su cuento “Manifiesta no saber firmar: nacidos el 31 de diciembre” podemos revisar y encontrar varias injusticias que ha tenido la comunidad indígena en los procesos electorales, si quiere informarse más de esta problemática que tiene como inspiración una realidad social puede ampliar con este documental:  https://www.youtube.com/watch?v=jrVm8aK3ja0&t=123s . Este cuento nos hace re pensar la manera en que la literatura si es capaz de denunciar realidades sociales y ejemplificar

Nosotras, según Nathalia Durand

Una hermosa ilustración de Señorita Sawachi y mi persona. Conoce más sobre la ilustradora en sus cuentas de #Instagram https://www.instagram.com/natty_illustration/ https://www.instagram.com/riohacha_casa_bonita/

Todos los milagros debieron ocurrir.

Jayariyú Farias Montiel (Facebook) Todos los días emerges de las aguas marinas de Jepirra convertida en mariposa, tú y otras mujeres Wayuu me visitan casi que a diario, no hay un día que no me percate que una mariposa busca agua o entra a mi casa, revolotea, posa y se va. Sabes que en Jepirra hay un cerro llamado  Juliruanar  que significa: "Mariposa que emerge de las aguas marinas" a donde iremos todas las Wayuu antes y después de nuestro segundo velorio, para seguir emergiendo, creo no alcancé hablarte del cerro y que muchos de nosotros desconocemos, pero en el camino muchas de nuestras abuelas te lo dirían, mientras cambiabas algunos de tus lunares por agua. No he soñado contigo, pero tu nombre se me escapa cada momento, en una conversación, en una llamada, en una charla. Hace unas semanas vi tu rostro en la multitud y charlé para ti. Un día como hoy te dedicaba la frase de una canción, porque siempre serás la de la mirada constante, la de la palabra precis

Los niños wayuu

Los niños Wayuu se queman con fogones. Los niños Wayuu no comen lo que quisieran comerse y cuando quisieran. Los niños Wayuu buscan el agua descendiendo en pozos en cuyas profundidades hay agua verdosa y un sapo viejo. Los niños Wayuu cargan a sus hermanos menores. Los niños Wayuu los registran cada cuanto hay brigadas, por eso nacen muchas veces. Los niños Wayuu van a la escuela por la galletita y el guineo maduro que dan en la jornada única escolar. Los niños Wayuu son buenos haciendo oficios en las casas de los arijunas. Los niños Wayuu casi nunca lloran, por eso nunca se sabe cuando tienen hambre. Los niños Wayuu no saben que mis personajes siempre serán niños. Los niños Wayuu no saben que ellos son causas sociales en las ciudades grises y frías. Los niños Wayuu no saben que son estándares en estadísticas de analfabetismo. Los niños Wayuu no saben que son imágenes en campañas de seguridad alimentaria. Los niños Wayuu no saben que fueron y son tendencia. Los niñ

Glo!

Un adelanto de Glo! Quiero presentar este cuento en alguna frontera GLO! No me detenido a pensar en lo que le diría a la niña de 8 años que cruzó la frontera hace un largo tiempo, me cuesta mucho revisar mis recuerdos, así ella se asome de manera constante, como si tuviera una deuda con ella, un pendiente, algo que decirle a la niña que fui, como ahora que me encuentro pensando en ella y solo puedo preguntarle: Cómo lo lograste? En este momento escucho la balada número uno de Chopin,  ejecutado por los dedos virtuosos de un aprendiz y cuyas notas cruzan varias calles de San Diego, llegan a mi habitación y pienso en mi madre, quien nos mandó a buscar, a mi hermana, a mi abuela y a mi, en realidad preferí en esos momentos que mi abuela se quedara, sus manotazos en mi cabeza, los latigazos a mis piernas, solo porque yo tuviera el mismo rostro de mi padre, hacían que no deseara llevarla con nosotras, pero después agradecí que estuviera cerca, no importaba que me pegara po